Marca de ropa española sostenible que crece sin parar

Apuesta por la sostenibilidad o prendas diversas y de creación lenta: estos son algunos de los valores que caracterizan a Wanderlove, la conocida marca de prendas holísticas que supera ya los 70.000 seguidores en Instagram. El primer salto que hace Wanderlove es en 2015, cuando, después de un viaje por Asia para conocer la tradición de las familias de sastres, las creadoras de la marca deciden sacar al mercado una pequeña colección de prendas muy especiales y limitadas. Tal y como afirma Natalia Fernández, CEO de Wanderlove, “el éxito que supuso esta colección nos motivó a hacer una colección téxtil con más variedad”. 

Desde entonces, Wanderlove no ha parado de crecer y lo ha hecho bajo unos valores que la diferencian, entre los que destaca la sostenibilidad. “Preferimos invertir más en mano de obra que en crear nuevos tejidos cuando ya existen”, aclara. Esto es lo que ha llevado a Wanderlove desde sus inicios a reciclar tejidos antiguos, apostar por telas de origen natural y producir su ropa a fuego lento y de una forma artesanal. Todo esto bajo una inspiración cultural y de amor por el entorno natural que ha dotado a Wanderlove de piezas únicas, como polares inspirados en trajes de baile tradicionales asturianos o bien una colección en plata con mantras indios. La calidad, sostenibilidad o el buen precio son algunas de las características que han llevado a celebrities e influencers como Cristina Pedroche, Elisabeth Benavent o Lorena Castell a apostar por esta marca en 2019, lo que dio un empuje a Wanderlove, que pudo reforzar su imagen de marca rompedora, pero cuidadosa. 

Más que una marca de ropa

Wanderlove empezó tímidamente con complementos, manteniendo siempre un rasgo y estilo diferenciador. Sin embargo, a día de hoy, esta marca ha conseguido ir mucho más allá y es ahora una comunidad que “aporta un contenido muy especial en redes, tratando temas no solamente relacionados con la moda sino también con el bienestar, el crecimiento personal o las culturas del mundo”. “Hemos conseguido que la relación con nuestras clientas Wanderlove no sea un simple trámite entre el cliente y la marca, sino que se base en una comunicación “de amiga a amiga”, apunta Fernández.