El panorama económico de América Latina en 2025: retos cruciales

América Latina se enfrenta a un año de importantes desafíos económicos en 2025, en un contexto definido por decisiones externas clave y problemas internos persistentes. Estados Unidos y China, los principales socios comerciales de la región, jugarán un papel determinante en las perspectivas económicas, mientras las naciones latinoamericanas lidian con incertidumbres políticas y estructurales.

El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos genera gran expectación, especialmente por sus promesas de aranceles del 25% a productos mexicanos y canadienses, además de un 10% para bienes chinos. Aunque los analistas consideran improbable la aplicación generalizada de estas medidas, su mera posibilidad ya afecta las decisiones de inversión. México, al estar directamente involucrado en estas políticas, podría experimentar presiones adicionales sobre su comercio y tratados internacionales.

En el frente asiático, la desaceleración de la economía china complica la situación para países exportadores de materias primas como Brasil, Chile y Perú. La caída de la demanda de productos como el cobre y la soja impacta en los ingresos de la región. Sin embargo, expertos prevén que el gobierno chino implemente estímulos fiscales y monetarios para sostener su crecimiento, lo que podría aliviar, aunque parcialmente, la situación de América Latina.

Internamente, el panorama sigue siendo complejo. Con un crecimiento proyectado por el FMI de apenas 2,5%, persisten los desafíos estructurales: alta informalidad laboral, desigualdad y baja generación de empleo. La inflación, aunque en descenso, sigue siendo un tema crítico. Si bien las tasas de interés han bajado, los costos crediticios aún representan un obstáculo para la inversión y el consumo.

Además, las elecciones en Ecuador, Bolivia, Chile y Honduras podrían tener efectos significativos en las políticas económicas, mientras que líderes como Claudia Sheinbaum en México y Javier Milei en Argentina enfrentan la tarea de implementar estrategias que impulsan.

En resumen, el 2025 será un año crucial para América Latina, donde las decisiones tomadas en Washington y Pekín, combinadas con las respuestas de los gobiernos locales, determinarán el rumbo económico de la región.