México emite bonos samurái y capta más de mil millones de dólares
El país busca diversificar su deuda externa y atraer inversores japoneses
México ha vuelto a confiar en el mercado japonés para financiarse, colocando 152.200 millones de yenes, equivalentes a aproximadamente 1.040 millones de dólares, a través de los conocidos bonos samurái. Esta operación, realizada el 22 de agosto de 2024, ha sido anunciada por la Secretaría de Hacienda y Crédito del país, marcando una nueva emisión que ha generado expectación debido al creciente déficit fiscal mexicano, el más alto en más de tres décadas.
Los bonos samurái son instrumentos financieros emitidos en el mercado japonés por entidades extranjeras bajo regulación local y denominados en yenes. Desde la década de 1970, México ha recurrido a este mercado cada dos años como parte de su estrategia para diversificar su deuda externa. Este tipo de bonos no solo ha sido utilizado por México, sino también por otros países de América Latina como Bolivia y Chile, debido a las ventajas que ofrecen, como los bajos tipos de interés y la menor volatilidad en comparación con otros mercados globales.
Una de las principales razones por las que México y otros países recurren a los bonos samurái es para reducir los costos de financiamiento. A pesar de los recientes aumentos en las tasas de interés en Japón, los tipos aplicados a estos bonos son considerablemente más bajos que los que se obtendrían en otros mercados internacionales, como Estados Unidos o Europa. Por ejemplo, en esta última colocación, México emitió los bonos en plazos de tres, cinco, siete, diez y veinte años, con tasas de interés que oscilan entre el 1,43% y el 2,93%.
Sin embargo, la emisión de estos bonos también conlleva ciertos desafíos. El mercado de bonos samurái está sujeto a una alta fiscalidad y a condiciones más estrictas que las de otros mercados internacionales. Los costos administrativos y los largos plazos para su colocación pueden resultar en desventajas para algunos emisores. Aun así, para México, estos bonos continúan siendo una herramienta clave para diversificar su base de inversionistas y atraer capitales internacionales.
La emisión de bonos samurái no solo favorece al gobierno mexicano, sino que también abre la puerta a emisores corporativos que buscan financiarse en el mercado japonés. Este es un aspecto importante, ya que crea una curva de rendimiento que sirve como referencia para futuras emisiones de entidades privadas en Japón.
A pesar de las preocupaciones sobre el déficit fiscal mexicano, que alcanzará el 5% en 2024, los analistas consideran que la reciente colocación de bonos muestra un apetito por parte de los inversionistas internacionales por títulos de deuda de países emergentes. Este interés refleja la percepción de estabilidad financiera a corto plazo, aunque persisten dudas sobre la sostenibilidad fiscal de México a largo plazo.
En conclusión, la emisión de bonos samurái por parte de México refuerza su posición como uno de los mayores emisores soberanos de bonos sostenibles en el mercado japonés, solo detrás del propio gobierno nipón. Aunque representa una pequeña porción de su deuda externa, estos instrumentos siguen siendo clave en la estrategia financiera del país.