Nicolás Maduro asume su tercer mandato presidencial en Venezuela

Este viernes, Nicolás Maduro asumió oficialmente su tercer mandato como presidente de Venezuela, después de una disputa política que ha mantenido al país en vilo durante más de cinco meses. La ceremonia de juramentación tuvo lugar en una modesta sala de la Asamblea Nacional, contrastando con los eventos de años anteriores que se celebraron en el principal salón del edificio legislativo.

A pesar de las intensas protestas de la oposición, que calificaron el acto de "golpe de Estado", Maduro fue investido como presidente tras las controversiales elecciones de julio. Las autoridades electorales venezolanas, bajo el control del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), proclamaron su victoria, aunque las alegaciones de fraude y manipulación siguen siendo motivo de división y conflicto.

La coalición opositora Unidad Venezuela, que respalda a la líder María Corina Machado, rechazó la legitimidad del proceso electoral y afirmó que el verdadero presidente electo es Edmundo González, quien, según los opositores, ganó las elecciones con un 67% de los votos. A pesar de las denuncias, Maduro fue proclamado ganador por las autoridades competentes.

Durante las últimas semanas, la oposición publicó una serie de actas de votación que supuestamente muestran una victoria clara de González frente a Maduro, lo que ha llevado a varias naciones, incluido Estados Unidos, a reconocerlo como el legítimo presidente de Venezuela. Observadores internacionales, como el Centro Carter y la Misión Electoral Colombiana, han respaldado la autenticidad de las actas opositoras, aumentando la presión sobre el gobierno de Maduro.

El escenario previo a la investidura estuvo marcado por un clima de tensión, cuando el gobierno venezolano cerró la frontera terrestre con Colombia y suspendió los vuelos hacia el vecino país. La medida fue justificada por el gobernador del estado de Táchira, Freddie Bernal, quien habló de una "conspiración internacional" contra Venezuela. Sin embargo, no presentó pruebas concretas para respaldar sus afirmaciones.

Por su parte, el gobierno colombiano anunció que no reconocería los resultados de las elecciones, calificándolas de no libres y transparentes. Esto agrava aún más la crisis política entre los dos países y refleja el rechazo internacional al proceso electoral de julio.

En Caracas y otras ciudades venezolanas, las protestas se intensificaron días antes de la investidura. En medio de este clima de agitación, María Corina Machado, quien ha estado en el centro de las luchas opositoras, salió de su escondite para dar un mensaje público, pero fue interceptada de manera violenta por las autoridades. Según su equipo, durante su detención fue forzada a grabar varios videos, aunque el gobierno negó cualquier tipo de detención o abuso hacia la dirigente opositora.

Las manifestaciones en todo el país, encabezadas por la oposición, exigen la liberación de los presos políticos, el cese de la represión y la celebración de nuevas elecciones, libres y justas. Mientras tanto, el gobierno de Maduro reafirma su control sobre las instituciones y mantiene su posición de que las elecciones fueron legítimas.

Este nuevo periodo presidencial de Maduro comienza en medio de una Venezuela polarizada y dividida, donde las tensiones políticas, sociales y económicas continúan afectando a la población. El futuro del país sigue siendo incierto mientras se intensifican las luchas internas y la presión internacional sobre el gobierno.