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El motor exportador de México es la industria automotriz

Con más de 3.9 millones de vehículos producidos al año, la industria automotriz impulsa las exportaciones mexicanas, pero enfrenta amenazas por aranceles y cambios tecnológicos.

El motor exportador de México es la industria automotriz
El motor exportador de México es la industria automotriz

México se ha consolidado como un actor central en la industria automotriz global, no solo por el volumen de vehículos que produce, sino también por su sólida capacidad para fabricar autopartes. Esta rama de la industria representa un eslabón esencial en la cadena de valor del sector, aportando empleo, atrayendo inversiones y manteniendo al país competitivo frente a potencias como Estados Unidos, Alemania o Japón.

México exportó el 80% de los 3,94 millones de autos que produjo en 2024, y gran parte de ese éxito se debe a la industria de autopartes, que se encuentra hoy en riesgo por posibles aranceles impuestos por Estados Unidos. El país norteamericano es el principal destino de los vehículos fabricados en México, por lo que cualquier medida restrictiva —como impuestos fronterizos o cambios en el T-MEC— podría provocar efectos en cadena en la producción, el empleo y la atracción de inversión extranjera.

 

Los aranceles no solo encarecerían los autos mexicanos en el extranjero, también amenazan la estabilidad de una industria que emplea a más de un millón de personas y que representa uno de los motores económicos del país. General Motors ya ha advertido que podría trasladar parte de su manufactura a EE.UU. si se concretan medidas proteccionistas, mientras que empresas como Volkswagen, BMW y Toyota continúan apostando por México, en parte gracias a su capacidad instalada en autopartes.

La producción de autopartes ha sido una ventaja competitiva para México, con más de 600 empresas dedicadas exclusivamente a este sector. Su integración en los llamados clústeres automotrices, como los de Guanajuato, Coahuila o Querétaro, permite reducir costos, mejorar tiempos logísticos y atraer a fabricantes globales. De hecho, estas piezas representan más del 50 % del valor de cada vehículo ensamblado en el país. Además, en 2024 se fabricaron más de 200,000 autos eléctricos, lo que demuestra la capacidad del país para adaptarse a nuevas tecnologías.

Estrategias para preservar la competitividad

Frente a estos desafíos, expertos y analistas coinciden en que México debe actuar en varios frentes. En primer lugar, reforzar la infraestructura logística y tecnológica será clave para seguir atrayendo a fabricantes de autopartes y reducir la dependencia del transporte terrestre hacia Estados Unidos. En segundo lugar, urge negociar activamente con Washington para evitar medidas que puedan desestabilizar el equilibrio comercial que hoy beneficia a ambas naciones.

Además, programas de incentivos fiscales, capacitación de talento especializado y apoyo a proveedores locales permitirían que México mantenga su atractivo frente a otros países emergentes. También es crucial diversificar los mercados de exportación y fortalecer la presencia en América Latina, Europa o Asia, con acuerdos bilaterales que amortigüen la sobredependencia del mercado estadounidense.

México está ante una encrucijada: si protege y moderniza su industria de autopartes, podrá no solo resistir los embates comerciales, sino consolidarse como un líder regional en movilidad sostenible. De lo contrario, el país corre el riesgo de ver cómo su papel en la cadena global se reduce frente a una competencia que evoluciona con rapidez.