Reino Unido abandona el carbón y lidera al G7 en energía limpia
El cierre de la última planta marca el fin de una era de 142 años de dependencia del carbón para la generación eléctrica.
El Reino Unido ha hecho historia al convertirse en el primer país del G7 en abandonar por completo el uso de carbón como fuente de energía eléctrica. Este hito se alcanzó el lunes 30 de septiembre con el cierre de la planta de Ratcliffe-on-Soar, ubicada en Nottinghamshire. La planta, propiedad de la empresa Uniper, fue desincronizada del sistema eléctrico nacional a las 15:00h, poniendo fin a una tradición de 142 años de quema de carbón en el país.
El país comenzó a utilizar carbón para generar electricidad en 1882, siendo pionero en este sector. Para 1990, aproximadamente el 80% de la energía del Reino Unido provenía de esta fuente fósil. Sin embargo, en los últimos años, la contribución del carbón al mix energético ha disminuido drásticamente, llegando a representar menos del 1% de la producción total de electricidad.
Este cierre es el resultado de una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, como la energía solar y la eólica marina, que han ido ocupando el espacio dejado por las centrales de carbón. Según las autoridades británicas, la evolución hacia alternativas verdes forma parte de un esfuerzo global para reducir las emisiones de carbono y mitigar los efectos del cambio climático.
Dhara Vyas, subdirector ejecutivo de Energy UK, celebró el logro como una victoria significativa en la lucha contra el cambio climático. "Hace diez años, el carbón era la principal fuente de energía de este país, generando un tercio de nuestra electricidad. Llegar a este punto en tan solo una década es un logro increíble", afirmó Vyas.
No obstante, este cambio ha tenido un coste. La dependencia del Reino Unido en el gas natural, cuyos precios son altamente volátiles, ha contribuido a que el país tenga algunos de los costos energéticos industriales más altos entre las economías desarrolladas. Esta situación ha afectado particularmente a la competitividad de la industria manufacturera y ha contribuido al cierre de grandes instalaciones como la mayor acería virgen del país.
A pesar de estos desafíos, el Reino Unido sigue comprometido con su objetivo de lograr una transición completa hacia energías renovables. La última central de carbón en funcionamiento ha estado en reserva en los últimos años, activándose solo en situaciones críticas, como fue el caso el lunes 30 de septiembre, cuando proporcionó un 0,7% de la electricidad nacional por última vez.
Con este cierre, el Reino Unido se posiciona a la vanguardia de las naciones desarrolladas en la adopción de tecnologías de energía limpia, estableciendo un ejemplo para otras economías en su camino hacia la sostenibilidad energética.