
Actividad solar extrema podría amenazar telecomunicaciones y redes eléctricas
La erupción solar más intensa del año podría anticipar nuevas tormentas geomagnéticas. Científicos vigilan regiones activas que podrían impactar a la Tierra y afectar servicios esenciales en varias partes del mundo.

Una erupción solar de clase X2.7, registrada el 14 de mayo, ha encendido las alertas sobre posibles afectaciones tecnológicas en la Tierra durante los próximos días. La llamarada, la más potente de 2025 hasta ahora, fue detectada por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA y provocó una eyección de masa coronal (CME), fenómeno que puede desencadenar tormentas geomagnéticas.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) emitió una alerta G3, lo que indica una tormenta geomagnética fuerte. Este tipo de fenómenos puede provocar fallas en comunicaciones de radio, GPS, satélites, sistemas eléctricos y navegación aérea, especialmente en regiones cercanas a los polos, pero también en zonas de latitudes medias. En los días posteriores al evento, ya se registraron interferencias en señales de radio en el Medio Oriente y auroras boreales en regiones atípicas, similares a las observadas en mayo de 2024 en España y el norte de México.
Actualmente, al menos cinco regiones activas en el Sol —no visibles desde la Tierra— se encuentran en rotación y podrían enfrentarse a nuestro planeta en los próximos días. Si emiten nuevas erupciones, se espera que los efectos se sientan en sistemas tecnológicos de América del Norte, Europa, partes de Asia y Sudamérica, con especial riesgo en zonas de alta latitud como Canadá, Escandinavia, Rusia, el sur de Chile y Argentina, así como en el norte de México.
Además, el 17 de mayo, la Tierra se alineó con un agujero coronal en el hemisferio sur del Sol, aumentando el riesgo de nuevas eyecciones de masa coronal que pueden potenciar las perturbaciones. Las tormentas geomagnéticas de gran intensidad son capaces de generar apagones eléctricos regionales, interrupciones en satélites de comunicación, errores en sistemas GPS utilizados en aviación, logística y transporte, así como la interrupción de redes de emergencia que dependen de señales de radio de alta frecuencia.
Este fenómeno coincide con el actual máximo solar, una etapa del ciclo de 11 años del Sol, caracterizada por una mayor frecuencia e intensidad de erupciones. A medida que las regiones activas solares giren hacia la Tierra, la probabilidad de nuevas tormentas se mantendrá alta. Las agencias espaciales monitorean el clima solar de forma constante, ya que cualquier nueva erupción significativa podría impactar directamente en servicios críticos para millones de personas en todo el mundo.
